Ese dia, no era ni muy temprano ni muy tarde, era un dia bastante regular, como cualquier otro a excepción que se sentía un poco nerviosa, recien llegaba a su nueva aldea, y era en cierta forma un reto para ella, pero que mas daba ahora mismo, la cosa es que ya estaba casi dentro.
La chica ya estaba a solo unos pasos de la enorme puerta de la aldea, dejo salir un suspiro para alentarse un poco. Cerro los ojos un momento y se detuvo, miro de nuevo las puertas y dio un gran respiro. Dibujo una sonrisa en su rostro y a paso lento comenzo la marcha de nuevo hacia el interior de la aldea. Cuando de pronto fue detenida por un Anbu.
Anbu: Ey! No puedes pasar sin autorizacion.
Miel: Autorizacion? -Penso tan solo mirandole-
Anbu: Y bien? Tienes una o no?
La chica comenzo a buscarse por todo lados, tal ves la aceptacion a pertenecer a la aldea, fuera eso a lo que se referia el Anbu.
Miel: emg.. Etto.. tenga -se lo entrega-
Y Anbu lo revisa por unos minutos y luego le da el paso a la chica para que continuara su camino hacia el interior de la aldea.
Miel: Gracias!
Y asi continuo su camino hacia el interior, con camino fijo al despacho de la Otokage.